Desde hace poco tiempo, supongo que por la proliferación de la religión,
he observado que poco a poco se produce un fenómeno de que los ahijados de una
casa son exhortados a dar tambores al orisa tutelar de su padrino… de lo que
sólo he podido aprender el uso de una frase: ¡Ay mi madre, que tragedia!!! 
Para los religiosos de la vieja escuela quizá es un poco chocante esto,
incluso admito que para mí lo fue las primeras veces que lo oí, pero puedo
decir que agradezco el hecho de que dentro de las cosas que he dado mi punto de
vista crítico esa nunca me atreví a dar hasta hoy…
Creo que se hace necesario elucubrar sobre las posibles causales por las
que un orisa prescribe un aña dado por todos los ahijados de un religioso:
EGOS ENCONTRADOS: Si se complica el hecho de que dos personas tengan un
acuerdo sobre algo, como imaginar que los egos de varios no puedan hacer lo
propio. Tantos caracteres que hay en una casa religiosa, tantos egos con que
lidiar. Dentro de nuestro concepto de seres sociales, lamentablemente debe
considerarse la presencia del ego como factor determinante un sin número de
problemas. 
En una casa religiosa tenemos varios tipos de individuos:
A)     Los ahijados comprometidos con su
consagración: estos son la menor población religiosa, aquellos que responden a
una conducta lo más apegada a los preceptos religiosos y por supuesto a su itá.
Con los que un padrino puede contar en todo nivel y en todo instante, quienes
se gana la voluntad de los orisas y de sus mayores y el rechazo de los otros
ahijados. Aquellos que lamentablemente en algunas casas son explotados y usados
sin ningún respeto.
B)      Los ahijados medianamente
comprometidos: quizá estos son los que en mayor número encontramos, cumplen a
medias las reglas, dedican su tiempo en pensar más en sus necesidades que en
como satisfacerlas a través de la conducta y el ebbo. Aquellos que pueden o no
estar para los padrinos, todo depende de cómo se encuentre sus múltiples
ocupaciones, pero que consideran que el padrino debe siempre estar para ellos.
C)      Los jarrones egipcios: Aquellos que
considero objetos inanimados que tiene consagración pero de adorno, pasan por
bola el ita, no les interesa conocer en lo que se metieron, pero existen.
D)     Los Llorones de miseria: no merecen
mayor explicación, viven quejándose, pero les parece exagerada una vela para un
ánima y buscan la que quedó de un cumpleaños pasado para colocarla, gastan
sumas exorbitantes en tonterías como arbolitos de navidad, pero viven llorándole
al padrino y a osha por su pésima situación económica.
E)      Los Padrinos Mágicos o Cristos Vivos:
aquellos salvadores de los pobres, que se compadecen del ahijado que tiene 20
carros, se va para Europa todos los años pero son como dirían las abuelitas “más
Papa que el Papa” y terminan siendo los Cristo Redentores.
F)      Los Mercaderes del Templo o
Fabricantes de Osha: aquellos que ven en sus ahijados la fuente de ingresos y
pensión vitalicia de vejez, los traficantes de piedras, aquellos que sin
escrúpulos venden consagraciones sin el mayor cuidado del mono al que le
entregan la hojilla.
G)     Los Padrinos Ideales: Personas que
objetivamente llevan una casa religiosa, quienes dan trato justo a cada individuo
y no les importa que sean tratados como los ogros siempre y cuando quede su
conciencia tranquila y su conducta no sea pechada por osha.
Fíjense entonces, digamos
que una casa está compuesta por 10 personas, donde tengo ahijados
comprometidos, medianamente comprometidos, jarrones egipcios, llorones y de
paso yo soy un Cristo Vivo, ¿qué puede obtenerse cuando un orisa manda a dar un
tambor con el aporte de cada ahijado? Voy a tener al cumplido organizando el
tambor, al medianamente cumplido diciendo “puede que si, puede que no”, voy a
tener al jarrón egipcio en su mejor momento de inanidad, unos llorones quejándose
de que mejor cada quien lleva un cuñete de pintura de su casa, lo voltea y le
canta a osha porque eso de dar un tambor es muy costoso y un padrino
justificando su falta de autoridad y apego al deber religioso, explicando cómo
éste cumple con los orisas de sus mayores sin que lo manden. Aquí en esta
reunión de egos comienza el primer round, se puede presumir entonces ¿cuál fue
la finalidad del tambor solicitado?
Bienvenido trillado “Ogunda
Masá: en la unión esta la fuerza”… Aquí es donde digo… No se mientan, no se
unen, al contrario se distancian más, pues habrá quienes cumplen de corazón con
todo el amor y la buena intención, habrán otros que sólo cumplirán y una
parranda de gente que no cumple, se queja y dicho en criollo señores… JODE…!!!
Mi conclusión comienzan las depuraciones de las casas con esto.
¿Quién tiene la culpa? Para mí como ahijada que soy y como madrina que también
soy, considero que quien tiene el 98% de responsabilidad es EL MAYOR.
 Algunos padrinos cometen el mega
error de querer ser los policías buenos, que los ahijados no se incomoden
porque se les diga cómo deben ser las cosas. Repito somos una sociedad y todo
sociedad amerita reglas, cada casa religiosa debe conformarse sobre reglas (que
fuese genial que todos tuviésemos las mismas), y quizá aunque suene un tanto
antipático, el mayor, debe procurar velar por el cumplimiento de las reglas de
su casa, por sobre los gustos de cada quien, son lineamientos de dirección, sin
caer en el irrespeto se pueden imponer las normas, sin caer en abusos, dando
trato igualitario a cada miembros de la casa. Vuelvo a transpirar mi vocación
al derecho, la ley nos alcanza a todos, nadie puede estar excluido del
cumplimiento de unas reglas; es fácil observar padrinos con parcialidades
dentro de su casa, grave error, desde el padrino hasta el último ahijado que se
le dio un collarsito deben apegarse a que si en mi casa es norma que al entrar
se quiten los zapatos y caminen con la palma de las manos, todos lo deben
cumplir. 
Por eso me declaro fiel fan de las dictaduras religiosas, porque
sencillamente con ellas funcionaban mejor las cosas, ¿Qué habían injusticias? Si
las había, pero no se veían los desastres que ahora se ven y bueno una
consecuencia que beneficia a alguien es a los omo ala aña porque seguirá osha
marcando tambores…
Este es mi criterio hoy, quizá mañana no sea el mismo, no por
bipolaridades sino que las experiencias enseñan y aún me falta camino por
andar…
Onareo!!!
Oba Aina!

 
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